Más allá de nuestras fronteras todo parece distante y, muchas veces, incomprensible. Por ejemplo, nos resulta increíble que la esclavitud siga latente en nuestro mundo; pero peor aún, que no exista norma alguna que frene este abuso al ser humano.

Yemen es un ejemplo claro de este problema que va más allá de las manos de la propia ministra de Derechos Humanos, Hoorya Mashhoor, quien en una entrevista a la cadena árabe Al Jazeera afirma que "son muchos los parlamentarios que tienen interés en la esclavitud".

En junio del 2010 el diario local Al-Masdar reportaba, no solo la existencia de esclavitud en el país asiático; sino también, un incremento de este. Esto solo es comparable con el estudio realizado por las Naciones Unidas y el Fondo de Desarrollo Social, que en enero del 2013 informaba que Yemen contaba con más de 1,3 millones de niños víctimas del trabajo infantil.

En la minuciosa investigación realizada por Al Jazeera muestra la triste realidad de Yemen, dónde se observa un tráfico de esclavos que son vendidos por 250,000 dólares. El activista yemení por los derechos humanos, Najeeb al Saadi, denuncia que los propietarios de esclavos trafican con la venta de ellos, siendo uno de los principales destinos de la venta, Arabia Saudita.

Nassim Hajoori, un ex esclavo en una villa de Yemen, confiesa que los propietarios de esclavos de esclavos aún tienen a su hermana Samia de 16 años y tristemente explica que la menor ya no es responsabilidad de ella, sino del propietario. En esta villa si un esclavo se desea casar, la esposa se convierte en esclavo del dueño, de esta forma la red de esclavos sigue incrementándose.

El gobierno de Yemen se está irritando porque este caso se está haciendo público. Es necesario saber que esta actividad es ilícita y va en contra de los principios de los derechos humanos y es preocupante saber que niños son víctimas de esta actividad. El caso se esconde ya que puede tocar a funcionarios y a las altas esferas del poder del país. Sin embargo, los organismos internacionales no insisten en este caso, ni la comunidad árabe, ni el propio gobierno yemení. 

FUENTE: Al Jazeera English